lunes, 14 de marzo de 2011

El Huracán del Bicentenario

 Esa mujer, nuestra compañera Cristina, volvió a dirigirse a nosotros los jóvenes, como militante, esta vez, en el Estadio del Club Atlético Huracán. La última vez que se posicionó en aquel lugar, corriéndose de su cargo, fue aquel glorioso Luna Park del 14 de septiembre, cuando La Cámpora organizó un encuentro con Néstor, pero había sido internado días antes y no podía exponer su cuerpo a una emoción tan grande. Con la presencia de su compañero de vida en el escenario, que sin descanso quiso respaldarla, Cristina nos dijo en aquella oportunidad: "No vine a hablar acá como Presidenta de la República, olvídense, acá soy una más; el que está mirando por televisión y quiere escuchar a la Presidenta, que apague el televisor, porque solamente va a escuchar a una militante peronista".
Unos meses después, nos volvió a dirigir un discurso como referente política, que a pesar de la ausencia del respaldo de Néstor,  fue expresado con una humildad y convicción que la rebalsaba, y nos contagiaba

El 11 de marzo no es cualquier fecha, es el aniversario de la asunción de Héctor Cámpora, y simboliza la victoria de la resistencia peronista. Es una fecha que Néstor y Cristina militaron, vivieron y protagonizaron con la misma esperanza que nosotros vivimos este momento del país. La diferencia entre el 1973 y hoy no son los enemigos, ni los amigos, sino las armas con las que se libra la lucha. Y también nos diferencia que aquí, los que formamos la generación política del bicentenario, no tenemos razones para tener  miedo. Como decía Néstor, no tenemos miedo porque tenemos herramientas para conquistar el cambio definitivo. Sólo nos falta más construcción popular.

El discurso de la compañera fue breve pero conciso. Nos recordó el poder de transformación que tenemos, la capacidad de reinventar el camino.
"Siempre en nuestra historia las construcciones políticas, aún en el campo nacional y popular, se hacían en base a las contradicciones, o contra algo. Hoy estamos construyendo con un profundo amor por las cosas logradas, y con una profunda demanda para profundizar esos cambios y que lleguen a todos los argentinos", señaló.

Cristina expuso una crítica al movimiento peronista; habló de los personalismos, de la necesidad de institucionalizar la política y volverla más dialéctica para que el proyecto no dependa de unos pocos: "Yo siento que a lo largo de la historia, el campo nacional y popular, liderado por hombres o por mujeres, cuando esos ya no estaban era como que se desperdigaba, porque faltaba la construcción orgánica, porque faltaba la construcción política e institucional que no hiciera depender la transformación y el cambio de una o dos personas. Ese es el gran desafío que tienen los jóvenes. Cómo hacer para que tanta lucha no sea en vano, cómo hacer para homenajearlo (a Néstor), cómo hacer para que su presencia sea definitiva en la de tantos otros. Construir sobre las coincidencias y no sobre las diferencias."

Como a comienzos del 2003, impera la necesidad de una amplitud discursiva que incluya todas las corrientes ideológicas necesarias para priorizar la unidad política sobre la disputa partidaria. La presidenta valoró el crecimiento de las organizaciones que se viene dando en los últimos tiempos; nos aconsejó que “cuando incorporen a otros argentinos no les pregunten de dónde vienen, ni su historia, ni su partido”,  que en cambio preguntemos si están de acuerdo con la asignación universal, con el pleno empleo, con la industrialización nacional, con la valoración de la educación pública, con la protección del mercado interno, con que los derechos humanos sean bandera nacional; que les preguntemos si se sienten parte de la UNASUR, del MERCOSUR, si “se sienten profundamente latinoamericanos. Si están de acuerdo con estas cosas, están siendo parte de esta historia y de este espacio.”

En el mismo sentido, Cristina nos marcó que tenemos la responsabilidad de profundizar la organización popular y abandonar vanidades y cuestiones dirigenciales que solo sirven para alejar a la gente de la política. “Nuestro gran compromiso es a través del ejemplo diario y cotidiano, cualquiera sea el lugar, dar el ejemplo de humildad, de trabajo, de convicción para seguir construyendo esta Argentina que tanto nos costó.”, señaló.

Para finalizar su mensaje a la juventud, la compañera puso énfasis en que tenemos que concentrar la energía en una dirección constructiva que nos acerque al pueblo, "Les quiero pedir que no pierdan tiempo, no se enrosquen ni se dejen enroscar por discusiones bizantinas que no tienen nada que ver con lo que le importa a la gente y lo que le importa a la sociedad, no cometan errores que sí hemos cometido nosotros cuando éramos jóvenes.".

El acto fue una fiesta que se llenó de colores por los fuegos militantes y las banderas, por los cánticos y la mística peronista. Pero también, por tratarse del primer acto masivo de las organizaciones populares sin nuestro líder político. Fue un homenaje militante al compañero Néstor Kirchner, así lo quiso la Presidenta nombrándolo desde el principio. "Nunca he conocido a alguien tan alejado de las vanidades personales ni de las banalidades como a él, no le importaba nada de lo que suele inclusive importarme a mí como mujer. Nadie tan despojado de las cuestiones que distraen en la política y nos hace ver diferencias donde no las hay." Nos habló de recordar a Néstor desde la alegría y continuar su lucha. “No los quiero poner tristes, quiero que sean alegres como él era, dándole siempre para adelante, no le echaba la culpa a nadie, era optimista. Por eso recordarlo con alegría, compromiso, y convicción.”

Tenemos que aprender de sus convicciones, de su accionar político y su fortaleza personal, aprender de esa mujer.
 Néstor y Cristina son la guía para forjar un sendero lleno de flores, donde los pibes jueguen y no haya adulto sin trabajo, donde los jóvenes tengamos como única preocupación el nacimiento de más y más ilusiones, la concreción de nuestras convicciones y el disfrute de tantas victorias.
“Construyamos con amor, no hay mejores batallas que las que se ganan con el corazón. Esas son las que perduran en la memoria de los pueblos”, expresó al retirarse nuestra jefa política, dejándonos un nuevo lema en las banderas del alma.

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