Carnavaleando

Esa fiesta estaba hundida en la historia verdadera, en los pueblos donde lo ajeno penetró menos la cultura, donde lo popular se enciende para desatar tras la sonrisa

mil reivindicaciones clandestinas.

Los pueblos de la Argentina profunda, hace centenares de años se visten de diablos y en su baile conjuran malvados sinsabores, y se burlan del colonialismo como pueden, festejando, reencontrándose con una música desordenada, llenando de color la historia cotidiana. Primero escapando de la esclavitud, y luego de la explotación.

Son momentos donde los pueblos bailan meciendo los sueños de un año glorioso, si los dejan.

Lo increíble es que el carnaval fue sostenido con fuerza en aquellos lugares donde abunda la pobreza, donde la represión de la dictadura y el “MADE IN” del neoliberalismo golpearon económicamente más profundo.

A 201 años de la revolución que nos hizo libres, surge un reencuentro entre la Argentina profunda y las ciudades del comercio y la política; el carnaval se torna de un color federal y azulado, está en todas partes…

                                                se hace derecho.

No es sólo eso lo que amerita esta alegría, sino también de donde surge la medida.

Nuestra presidenta lleva adelante un Gobierno que reconoce a su pueblo, que destruye el centralismo cultural y político, que comprende que es desde allí donde se puede librar la batalla cultural, como se viene dando la batalla de las ideas.

Una vez más, en este país real, y gracias a este gobierno popular, la Argentina avanza hacia su propia integración cultural. Ya que la integración política y económica sin poner énfasis en lo cultural y lo social, pierde el apoyo profundo que se encarna en los pueblos; la mística de ser de acá, el compromiso que sólo nos da el arraigo.

Alegría por la libertad de festejar la vida, alegría porque esta ciudad comienza a teñirse de las tradiciones argentinas, las pasiones que nos vuelven pueblo, como el fútbol, el folclore, el tango y el carnaval.

Alegría por este proyecto Nacional y Popular que cada día florece un poco más. 

GRACIAS CRISTINA